CASA KALISCH
Este proyecto se planteó como un traje a la medida, con un estilo arquitectónico urbano, sobrio y sin estridencias, con atmósferas atemporales pero con una gran calidad y fuerza visual.
Su fisonomía tiene una cromática sobria y elementos ortogonales sencillos, tanto en los arquitectónicos exteriores como en el interior.
Se buscó llegar a un proyecto muy personal combinando los gustos y preferencias de sus usuarios en una planta de un solo nivel, los requerimientos fueron generar una propuesta personal y acogedora en un estilo en equilibrio que no fuera tan moderno sin caer en lo clásico con elementos que aportaran simplicidad y pureza y que dieran como resultado espacios acogedores, cómodos y cálidos.
Es un proyecto con espacios destinados en gran medida a la convivencia familiar y con amigos en donde tenemos un gran lobby en el acceso con una altura imponente y con remate a una enorme piscina con fuente y jardines que la acompañan, una estancia adjunta al gran salón donde está ubicada la sala, bar y comedor principal, estos espacios se interrelacionan con el cuarto de juegos, bar exterior, y terraza. Los espacios privados están en el otro costado de la residencia donde el salón estudio y la sala de tv son el centro familiar además de una pequeña capilla.
El gimnasio y las zonas de servicio están contiguas a la zona de asador y bar exterior.
Los acabados son refinados con un aire clásico mezclados con elementos contemporáneos y antiguos provocando un estilo interior ecléctico favorecedor a la vista y acorde a la arquitectura, los interiores sirven de escenarios para que el arte, las piezas antiguas y el mobiliario destaquen y armonicen con los materiales que funcionan como piel envolvente de los espacios.
Mármol travertino, madera de nogal en muros y techos, tapices sobrios y piezas de cerámica visten estas atmósferas en donde destacan unos enormes candiles, mapas antiguos fotografías en blanco y negro, espejos desgastados, arte contemporáneo y piezas antiguas.
AÑO
2015
UBICACIÓN
Chihuahua, México.
FOTOGRAFÍA
Raúl Villalobos